sábado, 16 de octubre de 2010

Revolucionarios

Nos presentan una innovación, sobre todo cuando asumen, como el movimiento zapatista, no sólo la lucha contra el colonialismo interno, porque son víctimas nuestras, de la sociedad mestiza. No sólo plantean sus derechos, sino el respeto a la dignidad, el problema de superar el miedo para conocer y cambiar el mundo. Nunca había visto una teoría epistemológica que empezara buscando la verdad por la superación del miedo, pero cuántas veces éste se presenta como cautela, mejor hablar de otra manera, todas estas cosas que le pasan al académico pensando en sus evaluaciones que están muy bien planeadas para que piense así, es la Inquisición de nuestro tiempo.”


No sólo piensan en su autonomía, sino que replantean la emancipación humana con una combinación de los métodos tradicionales de comunicarse con el uso de las nuevas tecnologías de la información. “Es al mismo tiempo la cultura de la resistencia de 500 años con la más novedosa cultura de nuestro tiempo, y no están amenazando para nada al gobierno ni al Estado. Están pensando en un cambio real no sólo de los indios o de México, sino del mundo”.

Aseveró que el proyecto zapatista, al igual que muchos de los planteamientos de los pueblos originarios de América Latina, “nos dan mucho más de los que están surgiendo de París o Nueva York, aunque no podemos desdeñar lo que ocurra allá, porque también habrá fenómenos importantes. Hay gente joven que no está con esa idea de la cultura de la protesta y la crítica, sino que está viendo nada más la herencia de la crisis”.

En el proyecto de revolución deben participar trabajadores, campesinos y poblaciones indígenas y de excluidos, quienes “han enriquecido ese proyecto con las luchas por la libertad, no sólo de los pueblos, sino de las personas, el respeto a los niños, a las mujeres”.

Pablo González Casanova

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